San Pantaleón (27-07-2020)

San Pantaleón

San Pantaleón
San Pantaleón

Tengo una casa en un pueblo de Cantabria donde quiero enterrarme en vida, es una forma de hablar, quiero decir que adoro aquel sitio porque se duerme fresquito y siempre estás viendo viajar las nubes, te habla el viento en los árboles, oyes las esquilas del ganado y llueve muy a menudo.
Y además hay poca gente. Mi sitio ideal para vivir, hoy mismo son 15° menos que en Madrid.

Y el patrón del pueblo es San Pantaleón.

Ayer me volví de allí, no me quedé a las fiestas grandes porque no hay fiestas, ni grandes ni pequeñas.
Ni romerías a la ermita, bonita y oscura, ni atracciones de feria, ni casetas, ni bailes…, Nada.
Esto del COVID-19 te cambia la vida, eso si no te la quita.

Así que tengo que escribir sobre mi santo patrón desde Madrid y desde lo más parecido al infierno, o como poco al purgatorio.

Nunca he sabido si los suplicios del purgatorio son como los del infierno, pero con límite de tiempo. O si hace calor y fuego pero más tipo Madrid en julio que lava ardiente de un volcán.

Pantaleón nació en Nicomedia, Turquía, a finales de siglo III y murió a los 29 años, el 27 de julio del 304, también en Nicomedia.

Su nombre significa “el que se compadece de todos”, como veréis.

Era hijo de Eustorgio y Eucuba.
Él era un rico pagano de Nicomedia y su madre le educó en la fe cristiana. Murió su madre y se alejó de ésta, de las dos, de la Fe Cristiana y de la madre.

Bajo la dirección del Eufrosino aprendió el arte de la medicina tan bien que entró al servicio directo de Galerio, aunque otros dicen que es de Maximiano, que con Diocleciano y Constancio Cloro formaban la tetrarquía, ya os he hablado de ellos y de sus persecuciones a los cristianos en el que el más implacable era el propio Galerio.

Pantaleón olvidó la fe cristiana y la volvió a recuperar gracias a un sacerdote cristiano llamado Hermolaos que recuperó la oveja perdida.

A partir de entonces se dedicó a servir al Señor y convirtió a su padre curando un ciego.
Libera a todos sus esclavos repartiendo todos sus bienes entre los pobres, pase, pero además se hizo anárgiro, los santos que no cobran por sus servicios y milagros, y claro eso le puso a todo el sector médico de uñas porque se quedaban sin pacientes. Todos a la Sanidad Santa y Pública, aunque había bote, gracias, se aceptaba la voluntad.
Los de la Sanidad Privada le denuncian a Él, Hermolaos y otros dos cristianos.

Les condenan a morir y los otros tres pues rapidito, pero San Pantaleón empieza a hacer milagros uno detrás de otro para mostrar la grandeza de Dios.

El emperador quería salvarlo para no tener que convocar un concurso de méritos para cubrir la plaza que Pantaleón dejaría porque era muy bueno.

Pero ni flores, no apostata si no que aposta salva milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de su fe.
Al paralítico le duró poco la alegría que le mataron inmediatamente por haberse hecho cristiano.

Su martirio está lleno de milagros.
Con fuego, nada, se apaga.
Con una olla gigante de plomo fundido que se solidifica el plomo en cuanto pone el pie. ¡Menudos montajes para cargarse a alguien!
Ahogándole con una piedra al cuello y caminaba sobre las aguas.
En el circo con una manada de leones hambrientos, que pasaban de catarlo.
Torturándole con una rueda de pinchos y tampoco.

Ni siquiera con una espada que se hace de blandiblup en el cuello…

Hasta que se cansó de hacer prodigios y dijo, corta.
Y cortó la cabeza se separó y de sus venas salió una especie de leche merengada en vez de sangre y el árbol donde ocurrió floreció al instante.
Entre las reliquias más famosas de San Pantaleón está su sangre, en Constantinopla, Turquía; Ravello, Italia y en Madrid, España.
Porque la sangre de San Pantaleón se licúa para su festividad, hoy 27 de julio en Madrid está en una ampolla en el altar mayor en el Monasterio de la Encarnación, junto a la Plaza de Oriente. También hay un trozo de hueso.
Tenéis que verlo, las monjitas han instalado pantallas de televisión para que se pueda observar mejor.
La sangre empieza a licuarse a partir del mes de mayo y en estas fechas, 41° hoy en Madrid, lo raro es que no esté hirviendo.

Pensaba haber ido personalmente para contároslo pero se encuentra cerrado el Monasterio temporalmente.
Lo mismo con estos calores se ha evaporado toda la sangre.
Según y como, si se licua o no, puede haber gracias y desgracias, pero siempre el 27 de julio.

Existe otro caso similar en Nápoles: la sangre de San Genaro.

En 1799 el ejército francés de Napoleón entra en Nápoles y el clero, profético, dijo que el milagro no se produciría.
El General Championnet le dijo a su ayudante: “Vete a ver a los curas y si en cinco minutos no se ha licuado la sangre bombardeo Nápoles”.

Y, ¡oh, milagro!, se produjo el milagro.

Patrón: dolores de cabeza, enfermos, tuberculosos, médicos y curanderos.