
Me van a perdonar ustedes vosotros pero voy a pasar por este santo un poco de puntillas, con prisas, como si estuviera haciendo puntas como una bailarina de ballet clásico o andando por brasas encendidas en la noche de San Juan, en San Padro Manrique, hace apenas dos días. Duele o quema.
No es santo de mi devoción, ni jamás se me ocurriría pedirle nada. No es la Virgen de Veruela a la que me aficionó mi querido amigo José Mari o Sanchidrián donde salté por primera vez en paracaídas y me encomiendo cada vez que viajo en avión.
«El Padre» no me gusta, por qué no me gusta. Así que no esperéis la clásica hagiografía a las que os tengo acostumbrados. Mal acostumbrados.
Voilà !
José María Julián Mariano Escrivá Alvás nació en Barbastro el 9 de enero de 1902 y murió en Roma el 26 de junio de 1975.
Hijo de José Escrivá y Corzán y de María Dolores Álvás y Blanc. Lo de poner las y entre un apellido y otro se hacía antes para ver dónde empezaban y terminaban, no por darse el pisto.
Era el segundo de seis hermanos pero las tres hermanas pequeñas murieron de chiquitinas.
Familia cristiana, el padre tenía una tienda de paños pero vinieron malos tiempos y se arruinó.
Tuvieron que dejar Barbastro y emplearse el padre de dependiente en una tienda de Logroño. Chema continuó estudiando el bachillerato y en 1920 se trasladó a seguir los estudios en el seminario de Zaragoza.
En las Navidades de 1902 recibió los grados menores de Hostiario, no es el que da hostias, es el encargado de la puerta del seminario, abrir y cerrar la puerta de la iglesia, custodiar el Santísimo Sacramento y que no le roben; Lector, sí está claro, el que lee, tanto para así como para otros, mientras los demás están en el refectorio que hay que guardar silencio; sólo se debe oír sorber la sopa, eructo si procede y al que lee los textos sagrados para alimentar también el espíritu que no sólo de pan vive el hombre; Exorcista, pues eso, quitarse de en miedo demonios, brujos, espíritus… ya sea de personas, animales, o cosas, ya sean casas o incluso pueblos, los hay generalistas o especialistas si has hecho algún máster o cursillo especial; y Acólito que es el que ayuda al Diácono en el servicio del altar, limpieza, mantenimiento, etc. y ayudando al Presbítero en las celebraciones litúrgicas, Monaguillo, poco más.
En 1924 muere su padre lo que le creará serios problemas económicos porque se se ve obligado a ayudar a mantener a su familia.
Había iniciado estudios de Derecho, del normal, para tener una profesión y medio de ganarse la vida.
En 1925 es ordenado Sacerdote y curra, por el cepillo, la voluntad, en diferentes iglesias rurales y en Zaragoza. El problema de este trabajo es que no puedes hacer doble función salvo dispensa y a veces la bolsa no le llegaba no ya para dispendios ni siquiera para lo más indispensable.
Chemita era un guaperas, «el cura más guapo de la Iglesia» lo cual ayudaba algo en la recaudación, que las feligresas prefieren un curita guapo que un mosén viejo.
En 1927 se traslada a Madrid para hacer la tesis del doctorado en Derecho.
Allí trabajaba de profesor en una academia para poder sostener a la familia.
El 2 de octubre de 1928 Dios le dice, grandes rasgos, lo que tiene que hacer y se decide a crear la obra de Dios, Opus Dei, aunque no le aclaró bien todos los puntos porque fue cambiando con el decurso del tiempo.
Al año de fundar el Opus se inscribió en unas oposiciones para auxiliares del Ministerio de Asuntos Exteriores para tener ingresos con los que mantener a los suyos. No aclaran las biografías si sacó la plaza y después le entró algún dinerillo donación de alguna vieja dama beata o si le tiraron en el psicotécnico o en la mecanografía. Dios no suele hacer favores en esto de las oposiciones, no os confiéis con escapularios ni medallitas y estudiad todos los días, si estáis en ello, pero lo que es evidente es que no llegó a tomar esos hábitos.
Además Chema sabiendo idiomas aunque fuera latín y griego, podía haber intentado, no sé, el Cuerpo Diplomático.
Para mí que suspendió el práctico, taqui-meca, porque algún tiempo después en 1933, funda su propia academia para dar clases y no trabajar como autónomo o para terceros.
Academia DYA, en un entresuelo de la calle Luchana de Madrid, mi barrio, daban clases para universitarios de derecho, arquitectura, comercio de grandes superficies y con eso va tirando y gratis por el precio de la matrícula daban también su poquito de apostolado.
En 1933 se le unen a su idea un antiguo compañero del seminario, argentino, un sacerdote asturiano, una dama cordobesa y un joven empresario, porque Chema quería abrir su Opus a todo el mundo, no sólo religiosos profesionales, también profesionales religiosos.
Pero ese mismo año se le mueren los tres últimos y vuelta a empezar de cero.
Bueno tampoco de cero-cero porque a raíz de eso al resto de los aspirantes, con los papeles para ingresar, pedía una fe de vida y certificado médico.
Vamos a hacer las cosas bien, dicen que se dijo.
En 1934 publica Consideraciones Espirituales que corregirá y en 1939 se reedita como Camino.
Son 999 aforismos que no he leído pero que algunos autores califican como una obra de humor desternillante si lo tomamos a chufla.
Si lo tomamos en serio da miedo.
Estalla la guerra civil y le pilla en Madrid, tiene que vestir de persona y ocultarse lo que pueda y sobre todo ocultar sus intenciones.
Acaba consiguiendo vía Valencia, Barcelona, Andorra y Pirineos escapar de la España republicana y llegar a la España fascista y acabar en Burgos que es donde se cortaba el bacalao nacional.
La reseña en el Martirologio Romano no puede ser más clara de cómo nos posicionamos cada uno ante las cosas.
Define, caritativamente, la Guerra Civil española como una Cruzada. “Sangrienta persecución como alimañas de todo lo sagrado por parte de los revolucionarios marxistas”.
Su paso clandestino por los Pirineos es considerado uno de sus milagros. Vale.
Permanece en España después de la victoria de los suyos y comienza a fundar casas de la Obra por toda España, lo de que ganen los tuyos trae a cuenta si sabes qué teclas tocar. Y qué bolsillos, que sin pasta no hay nada en la Iglesia, que es clamar en el desierto. En ese caso eres un eremita o un estilita.
Un perroflauta de Dios.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial se va a Roma en 1946, el futuro estaba allí, no se corta el bacalao pero se corta la pizza.
En 1947 recibe el título de Prelado Doméstico del Papa que le da derecho a llamarse Monseñor, que le llamen, y tener un escudo nobiliario con un Capello de 12 borlas, como el de obispo. Lo de las borlas os lo cuento cuando proceda.
De salud, regular, es diabético insulinodependiente, siempre cansado y guardando reposo.
Compra un palacio con jardín para la casa de la Obra y del Colegio Romano del Opus. Las obras se acaban en 1960 y compra otros ocho edificios unidos al anterior que conforman una construcción imponente y compleja con 12 comedores, 14 oratorios, alguno con más de 200 plazas.
El Sagrario del Oratorio de la Trinidad tenía forma de Paloma Eucarística. Colgada en el centro del altar, como volando como el Dios Palomo, era de oro macizo con piedras preciosas y del buche salían las hostias. Algo sencillito.
Tan sencillo como Chema.
Presumía de eso, sencillez, pero era todo lo contrario.
Forzaba a la gente del PUS a llamarle «el Padre» aunque decía que no había sido cosa suya.
Como lo de añadir a su primer apellido el «de Balaguer» que suena más señorial. Incluso se cambió el nombre de pila, dejó de ser José María y pasó a ser Josemaría. Resulta otro milagro a anotarse que siendo tan humilde consiguiera varios títulos, a saber: III Marqués de Peralta, Doctor Honoris Causa Universidad de Zaragoza, hijo predilecto de Barbastro, hijo adoptivo de Barcelona, hijo adoptivo de Pamplona, Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, Gran Cruz de Isabel la Católica, Gran Cruz de la Orden de Carlos III, Gran Cruz de la Orden Civil de la Beneficiencia, Prelatura Personal, Monseñor, del Papa.
¡Dios Mío, qué cruz! Me hago cruces…
A Juan Pablo II, entre pillos anda el juego, le corresponde el honor de su beatificación y canonización.
De él dijo en la ceremonia que era el “santo de la ordinaria».
Ordinario es poco, pero ahí lo dejo.
Murió de un ataque al corazón el 26 de junio de 1975.
Tanta paz lleves como descanso dejas.
Milagros: lo dicho, milagroso también conseguir tanta pasta. Quizás a ello ayuden los 80.000 miembros de la secta con sus cotizaciones.
Patrón: de los directores de bancos, de los cilicios y látigos, de los ordinarios y de los anaonanistas, los que no se masturban.