Beato Pedro Gambacorta (17-06-2020)


Creo haberos explicado ya que escribir sobre santos, vírgenes, mártires, beatos es algo que depende de lo que encuentro cada día en el martirologio. Es lo que podíamos decir hacer una cocina de mercado con el santoral. Como los buenos o los malos y económicos restaurantes uno baja todos los días al mercado de santos y digo «vamos a ver qué tenemos hoy…», «alguna virgen fresca, o un mártir tierno lechón».

Y así voy eligiendo las piezas más frescas entre los santos y que me permitan guisaros sus proezas y sacarles todo el jugo posible.

No porque tenga de lo mejor: santa, virgen, mártir, fundadora, levítica (de levitar) y más va a ser la que dé mejor suquet de Santo.

A veces tengo que escoger piezas menores, por así decirlo, porque tampoco lo mío es un tres estrellas michelín de la santología, que tengo más bien una modesta casa de comidas de menú barato. Y tan barato que mi cuenta corriente sigue de lo más corriente y no quiero cobrar las cuentas de las alabanzas, porque si tengo que poner en una balanza los me gusta y los no sé/no contesto está desequilibrada. Tanto como yo.

Os anuncio que si acabo con aprovechamiento un curso de WordPress que sigo online publicaré estas cosas ahí y el que quiera que los lea y dejaré de dar la murga por WhatsApp.

Dicho esto, que, como respirar, me podía haber ahorrado, vamos a pasar al Beato Pedro Gambacorta.

Como sabéis un beato es el estadio anterior a santo. Si no eres beato no puedes llegar a santo, pero hay algunos que se queda en un ¡uy, casi!, pero no pasa nada que ya te da derecho a ponerte aureola en la cabeza y vivir en un barrio principal del cielo, no grandes mansiones, pero casitas adosadas con un poco de jardín del Edén, césped artificial.
Pero hay niveles inferiores: venerables, eruditos… Lo mío ni sale.

Beato Pedro Gambacorta, ¿no me digáis que no es atractivo el nombre?, sin embargo no era motivo de mofa de los compañeros del cole, ni le llamaban el quisquilla, porque Gambacorta significa más bien paticorto, que tampoco está mal para chanzas.

Pedro nació el 15 de febrero de 1355 en Pisa y murió el 17 de junio de 1435 en Venecia.
Sus padres eran Gerardo Gambacorta y Niera Gualandi, noble familia pisana que a los tres meses de vida de Pedrito tuvo que salir al exilio por la típica conjura fracasada, o no se mató al enemigo adecuado o al suficiente número de ellos, así que a exiliarse a Florencia, que también es bonita y las cosas no les resultaron tan torcidas.

Ya sabes la típica familia donde conjuras, altercados, muertes violentas, y violentas camufladas, envenenamientos, rencores y recelos, emboscadas, envidias, revueltas y alguna que otra buena gesta pero sin faltar un mal gesto.

Pedro ni nació beato ni siquiera aficionado o meapilas que era más bien de juventud alocada y creo entrever un poco disoluto.

Si eres un joven de familia principal pisana-florentina seguro que dormirás caliente o con calentón todas las noches.

Y sucedió que su hermana Dora le salió santita o con la idea fija de serlo.

Rechazó con 15 años bien cumplidos aceptar al marido que le habían elegido que sólo quería casarse con Dios, en sentido figurado, sin consumar. Aunque se consumía de pasión.

Así se escapó a un convento de clarisas. Pedro y Pablo, su hermano, no se cortan un pelo y con nocturnidad, no consta la alevosía, forzaron el convento, la puerta se entiende, no a las inquilinas y se la llevaron a casa.

Allí pasó Dorita más de 50 meses encerrada pero sin conseguir que reflexionara, todo lo contrario, se rapó el cabello totalmente y se vistió con harapos desgarrando sus finos trajes.

Los hermanos dijeron «basta, que eres una basta y vas a destrozar el fino ajuar que tenías» y así que acabaron cediendo y la dejaron con su perra de santidad.

Acaba entrando en el monasterio de Santo Domingo de Pisa, dominicas claro aunque Dorita había cambiado su nombre por Clara porque el primer convento que fue eran las clarisas de Santa Clara, las monjas de Santo Domingo se llaman dominicas no domingas, aunque la naturaleza les haya dado un par.

Dice el martirologio romano: y acabó sus días en olor de santidad, aunque la verdad es que el Vaticano no ha hecho público el tipo de olores de los santos pero puedo imaginar: olor a quemado con matices y regusto a cuero y piel asada, la caza y restos de carbón en boca, por ejemplo para los mártires a la parrilla… Aunque creo que el martirologio se confunde y se refería a loor de santidad.

Todo esto afectó profundamente a Pedro que decidió dejar la vida que llevaba y empezó a pensar en retirarse del mundanal ruido, en aquella época no había ni la mitad de la contaminación sonora y lumínica actual y también influyó el hecho de la muerte de su madre y su hermano.

Decidió hacerse eremita que es una especie de misantropía divina en la que buscas la soledad y el silencio para intentar escuchar si Dios te habla. No siempre se consigue a la primera y tienes que esperar a que el ayuno, las privaciones y la mortificación de la carne, la propia que chuletones ni probarlos, para que empiecen a hablarte voces, no siempre con sentido.

Fue probando diversas ermitas y cuevas y acabó encontrando un páramo que le debió enganchar por el nombre: Montebello.
Paraje desolado poblado por bandidos que se dedicaban a atracar a caminantes y peregrinos.

Con su ejemplo y buenas palabras consigue convencer a unos cuantos de ellos que se convirtieron en sus compañeros eremitas acogidos al ejemplo de San Jerónimo.

En esas estaban y en 1393 le sucedió la prueba de fuego de su beatitud.

Se entera de que han asesinado a su padre y sus tres hermanos y le entra la vena Gambacorta y pretende cortar por lo sano y tomar cumplida venganza y en estas se debate: ojo por ojo o poner la otra mejilla, aunque ya no le quedaban más hermanos para ofrecer.
La venganza o el perdón.

En esas dudas cristianas estaba cuando propone a sus compañeros eremitas, antiguos bandidos, que le acompañen a castigar a los malvados y se encuentra con que a todos les venía mal ponerse en camino para una obra tan pía, entra en razones y da gracias al Señor por haberle enseñado el camino.

Quizás todas estas pequeñas cosas, forzar conventos, pensar en asesinar a los malos, hayan hecho que no pudiera pasar al nivel cuatro de la escala de Santos, no sé…

Fundó muchos más cenobios eremitas y eremitos incluso hizo alguna joint venture con franciscanos en Venecia.
Visitando unas casas de la fraternidad el 17 de junio de 1435 le llegó la Muerte en Venecia.

Milagros: algunos, reconvertir a bandidos me parece muy meritorio.

Patrón: de las marisquerías, de los protésicos de pies, de los bandidos y de los ataques de furia.