Hildebrando de Savona nació el 1.020, aprox, en Savona y murió el 25 de mayo de 1.085 en Salerno.
Nacido en la Toscana en una familia modesta que confió el chico a su tío que era abad de un monasterio para su educación y mantenimiento y donde tomó los votos.
Ni rastro de la infancia y adolescencia del joven Hildebrando, si hacía bromas pesadas a los monjes ancianos, o por el contrario era el báculo de su vejez, nada, una biografía nada recargada de hechos notables, pintorescos, sorprendentes o milagrosos.
Ni resucitados, ni panales de rica miel de abejas inofensivas, ni una mísera pústula curada…
Gregorio VII fue el Papa más importante de la Alta Edad Media y se le santifica por los cambios que realizó en la Iglesia durante su papado.
Hay que saber lo que habían sido los años anteriores a su llegada y el conflicto permanente entre Emperador, Reyes y la Nobleza romana y el Papado.
Durante años los Papas eran elegidos por el Emperador, el Rey que tuviera cogido al Papa por los machos o los muchos Senadores o familias principales romanas.
En poco más de un siglo y medio hubo 45 Papas, Antipapas y no se sabe bien qué otra figura eclesial que pretendiera llamarse sucesor de San Pedro.
Se dieron casos de coexistencia de 3 Papas al mismo tiempo y el Emperador Enrique III dándoles la boleta y pensando en elegir un cuarto.
Resumen y ejemplos:
Otón III de camino a Roma, acompañado de su ejército, para ser coronado emperador en 996, eligió sobre la marcha, como Papa a su primo Gregorio V (hay muchos gregorios, toda una grey)
Juan Crescencio, noble romano, al abandonar Otón Roma, el estío romano no está hecho para los germanos, se hastían, depuso al Papa que salió escopetado, flechado en la época, y puso a otro que se llamó Juan XVI.
En menos de un mes, Crescencio lo cesó.
Gregorio les excomulgó a los dos.
Otón volvió con Gregorio a Roma, al pobre Juan XVI le mutilaron y cegaron, amén de otras humillaciones y castigos hasta que poco después la muerte, misericordiosa, se le llevó a descansar.
Otón nombró a otro amigo suyo Papa, Silvestre II, culto, instruido, reformista de la Iglesia, que introdujo los números arábigos, el astrolabio, globos celestes y terrestres, amante de la música y decidido a erradicar las dos lacras principales de la Iglesia: el nepotismo y la simonía.
A pesar de ser él mismo producto del nepotismo.
Los romanos con la más fútil excusa se revoltaron e hicieron huir a Otón y Silvestre, no se merecían un Papa en condiciones.
Crescencio volvió a tomar el poder y nombró los tres siguientes pontífices hasta que volvió a haber una revuelta popular, les va la marcha a los romanos, y los Condes de Túsculo, en italiano no es tan risible el nombrecito, enemigos de los Crescencio toman el poder.
Por increíble casualidad que parezca el siguiente Papa era el hijo del Conde Gregorio de Túsculo, y además en el momento de su elección era seglar, se llamó Benedicto VIII.
Ya hemos comentado muchas veces que los caminos del Señor no los entiende ni Dios.
Pero debía tener sus razones, el Señor me refiero, porque a la muerte de Benedicto le sucedió su hermano y luego su sobrino, de Benedicto no del Señor, que todos somos hijos suyos. Al igual que Benedicto eran seglares y los tres fueron tonsurados, ordenados sacerdotes y entronizados en el mismo día. No me refiero a los tres juntos sino que cada uno pasó de seglar a Papa en un solo día.
Es por lo que digo que cualquiera de nosotros puede ser Papa, aunque seamos civiles, o militares, estemos casados y con hijos. Nihil obstat.
El sobrino, Benedicto IX, accedió al trono papal a la edad de 10-12 años, aunque parece que no era el típico Papa niño santito que era un libertino desvergonzado que hacía recordar los peores días de la Pornocracia, que significa lo que su palabra indica: gobierno de los pornócratas.
Tan era así que los romanos acabaron por echarle y nombraron otro, Graciano, como Gregorio VI, y apareció un tercero en quien Benedicto había delegado sus poderes.
Tres Papas y un nuevo lío que Enrique III, emperador, resolvió a lo nudo gordiano, cortando por lo sano: ¡a la puta calle los tres!
El mejor con diferencia fue el peor parado: se le condenó por haber conseguido el Papado con simonías y se le desterró a Colonia, acompañado por su canciller el Cardenal Hildebrando, que le era fiel, donde murió.
Y aquí estamos con este Hildebrando que es el protagonista de esta historia y que después de varios Papas entre medias, 8 en total, algunos con pocos días de papado, pero muchos de papada. 33 días Benedicto V, y otros 4 con menos de 1 año, amén del pobre Juan XVI citado, con el récord de 23 días.
Hilde, a diferencia de los otros 2 papas importantes de su época, aristócratas, de gran cultura y formación y rubios, altos y de un porte divino, incluso de voz impostada de locutor de tv, era bajito, moreno, barrigón, de voz atiplada, con una cultura justita que denotaba su baja extracción social, pero con una habilidad y resolución sin límites sobre su visión de los cambios que precisaba la Iglesia y que sabía ganarse a sus contertulios con su presencia. No en vano le llamaron Santo Satán.
Así que ni milagros, ni juegos de magia divina, se ganó el cielo y los altares por su trabajo por liberar a la Iglesia del yugo de los poderes seglares.
Mantuvo con el emperador Enrique IV tensos pulsos con excomuniones, de una parte, y deposiciones de la otra, se cagaba en sus muertos y le echaba del solio papal.
Pero acabó consiguiendo imponerse en esa lucha y limitar la autoridad del Papa a sí mismo y el sistema de elección prohibido a manos seculares.
El Papado viene directamente de Dios y sus Príncipes, puerta a los demás.
Publica sus principios en el Dictatum Papae que a partir de entonces regirán el quién es quién en los poderes del Mundo.
Se pueden resumir los 27 dictados en 3:
1. El Papa es el Señor absoluto de toda la Iglesia, por encima de todos, incluso de los Concilios, sólo por encima Dios y por los pelos.
2. El Papa es el Señor supremo del Mundo y le deben sometimiento todos, incluso príncipes, reyes, emperadores, menuda plancha.
3. La Iglesia Romana no erró ni errará jamás.
El órdago es de campeonato, pero a parte de eso este Gregorio no tiene nada ‘interesante’ que resaltar, no es el del calendario gregoriano, tampoco el de los cánticos gregorianos, a pesar de ser benedictino de Cluny, pero es que hay muchos más Gregorios anteriores, incluso posteriores.
Una anécdota curiosa, la única, es que es el último Papa elegido por aclamación popular, cosa que él mismo insistía en prohibir.
Al llevar en procesión el cadáver de su predecesor, Alejandro II, el pueblo romano empezó a gritar:
“Hilde, Papa, Hilde, Papa…” o cosas similares y le llevaron en volandas hasta entronizarle, espero que no dejaran tirado en el suelo al difunto con la euforia.
Fue luego confirmado por el Colegio Cardenalicio.
Milagros:
Prohibir los matrimonios y concubinatos de los religiosos, me refiero a que no se vea, que de puertas para dentro sólo Dios está al tanto.
Frase lapidaria:
“Amé la Justicia y aborrecí la iniquidad; por eso muero desterrado”
Patrón de las sobrinas de los religiosos y de los tozudos