Hoy no es precisamente el Día de Todos los Santos, que cae por noviembre, más bien el de los Pocos Santos, más que en número en chicha, sustanciosos de fantásticas anécdotas o sucesos de maravilla divina.
Y me aparece en el calendario una santo que me desconcierta San Gisela, Virgen.
Gisela es una mujer, pero al presentarla así en vez de Santa Gisela, aventuré que podía tratarse del primer santo trans, pero no; quizás error del trans criptor.
Gisela de Baviera nació en Bad Abbach el 980 y murió en Passau el 1.065, todo ello en lo que ahora es Alemania.
Hija de Enrique II, Duque de Baviera, y nieta de Enrique I, el Pendenciero, mola el mote.
Enrique decidió buscar buenos relaciones con los vecinos y que mejor que un buen regalo y, según la tradición, ofreció a Gisela, su hija mayor. Cosas de la cortesía.
Así que con 13 añitos nuestra Gisela fue entregada en matrimonio a Esteban I, rey de Hungría.
Afortunadamente nuestra niña tuvo suerte porque Esteban era un santo varón. Totalmente, porque se le conoce como San Esteban de Hungría, que subió a los altares, vamos.
Nuestra piadosa niña llevó consigo, como Corte, un montón de sacerdotes y monjes con los que sembrar Hungría de iglesias y abadías donde se mostrara el buen camino hacia el cielo.
No he encontrado información detallada de dónde fue echando la simiente, pero no al perdido que germinó como si no hubiera un mañana.
La siguiente información que hallo, se va tan allá que menciona que tuvo varios hijos e hijas.
¡¿Dónde se ha visto una Virgen con hijos?!
Bueno, sí se ha visto pero era la Madre de JesuCristo, a ver si nos vamos a poner a ningunear a la Madre De Dios.
¡Madre mía vaya gazapo del biógrafo!
Porque está claro que no sólo se lució con lo de San en vez de Santa, que con lo de Virgen la cagó del todo.
Sería el típico becario que le dieron la oportunidad de dejar de traer cafelitos y escribir algo y no lo volverá a repetir, con suerte si le dejan seguir con los cafelitos o ¡chico tráeme un paquete de tabaco!
De las hijas ni las numera, 2, 6, 10, ni idea.
De los chicos, Otón, que murió chiquitillo, y Emerico, que se llamaba Enrique pero le adaptaron el nombre al húngaro, no creo que fuera otra cagada del copista, y en Emerico se quedó. Fue el primero en la historia con ese nombre.
Bueno se quedo en San Emerico, cuestión de genes, hijo de San y Santa tiene que salir Santo, es ley de vida divina.
Las veladas en familia santa tendrían que ser la hostia, credo va, avemaría viene, ¿nos echamos otro rosario?, ¡sí,sí…!
Pero no todo son gozos en la casa del santo y San Emerico, impaciente, se nos fue con Dios siendo joven.
Su padre, San Esteban, se entristeció tanto que se retiró de la vida cortesana.
Un tal Vazul, primo del Rey intentó atentar contra él y fue encarcelado.
San Esteban se arrepintió y quiso liberarlo, pero Santa Gisela se adelantó con un emisario y en vez de llegar la orden de excarcelación llegó la de arrancarle los ojos.
Algunos biógrafos pasan de puntillas sobre estos hechos. Ascuas que queman la santidad de cualquiera.
Murió San Esteban, aquí no se queda ni Dios, y el sucesor Pedro Orseolo permite a Gisela quedarse un tiempo en la Corte hasta que se cansa de ella y le quita todas sus posesiones y la envía a otra ciudad bajo custodia.
El pueblo en armas con Samuel Alba al frente, depone al rey porque Gisela era muy popular, pero Orseolo vuelve con un ejercito y retoma el poder con un cierto afán de venganza.
Gisela que las ve venir pregunta a sus pies que para qué les quería y éstos se ponen en marcha y se vuelven a Baviera a un convento en Passau como simple monja.
Al poco es nombrada abadesa.
Acostumbrada a mandar siempre estaba imponiendo lo que ella quería y finalmente decidieron que era menos complicado que fuera abadesa:
¡Daos por jodidas, hermanas!
Et cum spiritu tuo.
Ninguna información sobre milagros.
Patrona de Hungría ex aequo con su marido.
PS.- Hoy también es la Ascensión del Señor a los cielos, como en casa en ningún sitio.
Ayer se me pasó un Santo que merecía comentario sólo por su nombre: San Lucifer de Cagliari