¿Quieres ser Santo? (09-08-2020)


Sí, sí, has oído bien, no es una pregunta retórica.

Si la respuesta es sí te voy a dar las siete claves para poder hacerlo sin necesidad de ser Papa o que te den martirio.

Salvo que seas musulmán y apostatas con publicidad en países como Arabia Saudí y otros, que el castigo por apostatar del Islam es la muerte, es difícil hoy en día encontrar la santidad por la vía express del martirio.
Lo he descubierto recientemente y quiero compartirlo con todos vosotros.

Estaba yo tranquilamente buscando documentación para hacer la semblanza de Domingo de Guzmán, cuando inopinadamente entré en la sección de una página web en la que busco información más o menos fiable porque es una página oficial de la Iglesia Católica: catholic.net.

http://es.catholic.net

Basada en EEUU publica también en español por la numerosa grey hispana en competición con los protestantes.

Y me encuentro con un artículo titulado: Siete hábitos diarios para las personas que deseen ser santas.

Me faltó tiempo para clicar y también puntería con el cursor que me entró un ataque de parking, hijo de los nervios.

¿Quién no quiere ser santo?
Llevar un nimbo en la cabeza aunque se tenga que poner con una alcayata.

Yo, ateo practicante, me siento muy atraído.

Como sabéis recientemente el Papa Francisco ha canonizado a un médico venezolano por entregar su vida por los pobres.

Yo ya puse en el post de San Romualdo que debían canonizar a San Fernando Simón y los 100 sanitarios españoles.

Los 7.000 ancianos muertos en las persecuciones de la Sanidad Pública en tiempos de Díaz Ayuso.

Y ahora me encuentro con que el Vaticano se plantea y plantea a sus rebaños que cualquier persona, cumpliendo estos siete supuestos puede ser declarado santo.

Supongo que un poco de carne fresca y nueva que revitalice el santoral viene muy bien para dar un gran salto adelante en la evangelización.

Y que no hace falta ser papa, cardenal o señor principal para que te hagan santo. Una política casi comunista y/o populista de que cualquier pringado puede, podemos, alcanzar la santidad.

Os enumero los 7 hábitos sin el rollo con que lo adornan.

LOS 7 HÁBITOS PARA QUIENES QUIEREN SER SANTOS

Primer Hábito: Ofrecimiento del día por la mañana

Segundo Hábito: Quince minutos de oración en silencio

Tercer Hábito: Quince minutos de lectura espiritual

Cuarto Hábito: Participar en la Santa Misa y recibir la Santa Comunión en estado de gracia

Quinto Hábito: Rezar cada día al mediodía el Angelus o Regina Coeli

Sexto Hábito: El rezo del Santo Rosario cada día

Séptimo Hábito: Breve examen de conciencia por la noche antes de ir a la cama

Lo primero que llama mi atención es la numerología: siete. Pero ya es un hábito….

Antes de empezar a comentaros cómo atender y cumplir cada uno de los preceptos debo dejar clara una cosa: no se puede ser santo en vida.

Así que todos los que pensaban que iban a ir por ahí haciéndose el chulito con un nimbo en la cabeza, esperando que le dejen la vez en la pescadería se puede ir olvidando.
Lo de que te dejaran entrar los puertas de las discotecas ahora da igual porque las han cerrado todas.

La santidad sólo se alcanza muerto porque puedes llevar cumpliendo bien los principios y en un momento dado te machacas un dedo clavando un clavo y te sale un exabrupto y ya la has cagado, a tomar por culo los puntos acumulados.

Lo que no sé es si pasa como en el Monopoly, que vuelves a la casilla de Salida, sin cobrar.
O como si fuera jugar al ‘escondite inglés’ y te han pillado movido o moviente. Y vuelta a empezar.
Porque digo yo que no vas a quedar descalificado ad aeternum, que Dios siempre da segundas oportunidades.

En el primer hábito y el último es de vital importancia la puntualidad.
En el ‘minuto heroico’ de la mañana hay que saltar de la cama en cuanto suene el despertador y te arrodillas y rezas, te vas a hartar a rezar pensando en el Señor y lo que vas a hacer en el día.

Ni se te ocurra apagar la alarma para estar 10 minutitos más, haciéndote el gatito remolón.
Y no valen excusas de que se fue la luz o han cambiado la hora, te aseguras de que te vas a despertar y cumplir el primer hábito.

Insisto: esto no es un juego de colegas, estamos hablando de ser SANTO.

En el segundo hábito se habla de 15 minutos de oración al día con el Señor. Pero puntúa más si puedes agregar más lotes de 15 minutos.
Como bien explican en las instrucciones qué mejor compañía y conversación que con Jesús.
Si puede ser frente al Santísimo Sacramento en el Sagrario es mejor, porque hay más cobertura.

En el tercer hábito nos habla de 15 minutos de lectura espiritual.

Es desaconsejado el Antiguo Testamento y sobre todo el Cantar de los Cantares.
Demasiada violencia y sexo que pueden distraer nuestras almas.

El Nuevo Testamento y vidas ejemplares de santos es lo mejor para enriquecer nuestro espíritu.

No es canjeable por volver a ver Ben-Hur, Jesucristo Superstar u otras películas o series de televisión pías.

Voy a intentar negociar con el Vaticano que acepten esta página web como lectura santa.

El cuarto hábito se veía venir: todos los días a Misa y comulgar en estado de gracia.

Para mí que si estamos haciendo oposiciones para ser sacar plaza de santo no habrá que confesarse porque no habrá de qué.
Esto no es como los 15 minutos extra de oración, esto es sólo una vez al día por más que te presten los actos sociales. Al menos la comunión, Misas las que quieras.

Este hábito lo señalan como de especial importancia.

El quinto hábito, rezar el Ángelus, es fácil.
Pero no descuidarse con la hora: es al mediodía, no vale rezarlo cuando te venga bien.
Si estás en medio de una presentación de tu trabajo a los directivos de tu empresa, te paras y les invitas a un ángelus-break.

Además de la santidad, ganarás muchos enteros en tu vida profesional.

Esto es un hábito dedicado a Nuestra Santísima Madre, que también tiene mucha mano en la Corte.

El sexto hábito es muy entretenido y engancha, tal como aseguran: rezar el Santo Rosario todos los días, solo o en compañía de otros.

El séptimo hábito es una recapitulación del día y pedir al Espíritu Santo que te ilumine, pero no lo hagas con la luz apagada, el Palomo no te va a reducir la factura de electricidad.

Así, con carácter general, si cumples estos hábitos escrupulosamente te dan el título de Santo. Lo que no me queda claro es el procedimiento a seguir.

¿Se debe ocupar la familia de solicitarlo al Vaticano?

¿Lo inicia el Vaticano de oficio?

¿Cómo pueden tener la certeza de que se han seguido los hábitos al dedillo?

He creído entender que están desarrollando una APP de reconocimiento facial, como las del COVID19, para seguimiento de los aspirantes a Santos.

Me temo que el Vaticano se va a tener que gastar un presupuesto tremendo en rastreadores, o piden ayuda al Altísimo, que tiene mogollón de ángeles.

Yo voy a empezar, a ver cuánto aguanto, como cuando hice un régimen de adelgazamiento o las veces que intenté dejar de fumar, porque me hace una ilusión tremenda que mis amigos construyan una ermita consagrada a mi culto, con eso me conformo, nada de Basílicas o Catedrales, con mi estatua y mis fieles beatas sacándome todos los años en procesión.

Y unos llaveros, imanes y bolitas de nieve con mi imagen. ¡Mola!