San Acacio de Bizancio (08-05-2020)


Cuenta la leyenda, la Leyenda Dorada claro está, nada sobre la vida, obra y milagros de nuestro santo lo que ha supuesto un trabajo añadido porque no he podido beber en las fuentes que he tenido que ponerme a bucear.

Y, sin embargo, me embarga la sorpresa de que es el santo patrón de 4 pueblos españoles.
Datos esenciales, con este nombre, sólo se conocen otros 4 Acacios, aunque las acacias son mucho más abundantes.

Agato era un ciudadano romano nacido en Capadocia de familia acomodada que decidió tomar la carrera de las armas.

Hagiógrafos le hacen Centurión, otros General o Legado.

Yo generalmente me suelo inclinar por la alternativa más prudente, no así en este caso.
Le encargaron ir al frente de un ejército de 9.000 soldados o efectivos porque, efectivamente, una tropa tan numerosa deberá ir acompañada de mogollón de intendencia y servicios auxiliares.
El caso es que sufrieron una aplastante derrota contra los rebeldes armenios muy superiores en número.

Con el gladius entre las piernas se retiraron y Agato, avergonzado, ¡a ver qué cuento yo en casa!, se apartó en un monte.

Casualmente estaba por allí el típico ángel de guardia y al ver al muchacho tan apesadumbrado le concedió un deseo: si rezas al dios fetén, y no a esas birrias, tendrás la victoria.

¿Qué tengo que perder?, pensó Agato, y así de firme en la Fe se hizo cristiano.

Volvió con sus tropas que, milagrosamente, seguían siendo 9.000 efectivos y consiguió la victoria.
Cuando se lo explicó a sus soldados, todos se convirtieron también. Los buenos cristianos le cogen aprecio al más acá por más Paraíso prometido en el más allá.

Por situaros en contexto era la época de las persecuciones de Diocleciano contra los cristianos, eligieron mal momento para convertirse, pero a lo hecho pecho.

Así las cosas el Tribuno Firmo firmó su denuncia ante el Juez Bibiana que mandó azotar cruelmente a Agato y los 9.000 con ramas de acacia, espinosa, y de ahí que se le cambió el nombre a Acacio.

Más tozudos que un maño persistieron en su Fe y fueron condenados a morir lapidados.

Milagrosamente, otro más en su haber, las piedras lanzadas por hábiles lápidadores profesionales ni les tocaban y volvían, como por ensalmo, a las manos de los lanzadores cual boomerangs (licencia anacrónica).

Al ver esto otros 1,000 soldados más se convirtieron al cristianismo alegremente y fueron también condenados a muerte.

Cuántos de ellos al ser empalados o crucificados no dirían: ¡en qué coño estaría yo pensando!
10.000 mártires, no va más…, cifra mágica esa.

¡Cuánto daño ha hecho Jenofonte y su Anabasis con esa cifra!

Sólo superada por Santa Úrsula y sus 11.000 vírgenes, ¿de verdad alguien se cree que hubo alguna vez tantas vírgenes?

A Agato-Acacio lo llevaron a Bizancio, de ahí el nombre, donde le cortaron la cabeza en el año del Señor de 303.

Es patrón protector de los soldados, policías, porteros de discoteca y va muy bien para el dolor de cabeza

PS.- Quizás estoy exagerando con tanto texto 🤷🏻‍♂️😩