
Hay santos, incluso recientes como los de ayer, de los que apenas existe información y hay otros de los que tenemos mucha, aunque siempre existan puntos oscuros o serias discrepancias entre unos biógrafos y otros.
Con Pedro y Pablo tenemos más información que sobre los Pedro y Pablo de los Picapiedra, aunque con caracteres similares. Más rudo, franco y simple Pedro, y más sesudo y culto, reflexivo Pablo. No descarto que los guionistas de la serie de los Picapiedra fueran fervientes cristianos.
Sobre nuestros santos de hoy tenemos información bastante de primera mano como para escribir una novela río o una enciclopedia de 12 tomos.
Tanto en los Evangelios como en los Hechos de los Apóstoles hay prolija información, venturas y desventuras de nuestros santos. Incluso en el Nuevo Testamento.
Más sobre Pedro que, al fin y al cabo, no sólo era el favorito de Dios , que le puso, directamente, su Nick, mientras que Pablo tuvo que escogerlo personalmente.
Como todo el mundo sabe Pedro y Pablo no son sus verdaderos nombres sino que son sus nicks o nombres de guerra, dependiendo de lo viejunos que seáis.
Por ejemplo mi nombre de guerra de cuando luchábamos contra la dictadura era Ignacio, nombre de santo muy guerrero y no sé si era consciente de lo que significaba e implicaba o era inconsciente como he sido toda mi vida.
Otra fuente importante para conocer su vida y milagros eran las cartas que escribían a las comunidades cristianas de diferentes ciudades. Se conservan 14 de Pablo, hombre culto, instruido, de sólida formación clásica y don de lenguas y sólo 2 de Pedro de escasa formación, aunque todo corazón.
Y seguramente los dictaría, que pescar, hombres incluidos, sabía, pero escribir ni las cuatro letras.
Sólo dos: alfa y omega. La primera y la última del alfabeto griego.
Como Dios, principio y fin de todas las cosas, aunque te pierdas el relleno.
Hay cartas que se han perdido o se tienen por referencia de otras, como la primera carta de San Pablo a los Adefesios en los que explicaba como el Reino de los Cielos estaba abierto a todos, no sólo a los guapos. Los Adefesios no recibieron bien el mensaje ecuménico pues estaban hartos de las chanzas recibidas.
Hoy se celebra el martirio en Roma de los 2 apóstoles cabezas de la Iglesia, muertos el mismo año aunque no celebraron un martirio doblete, y los martirizaron en días distintos.
Más que nada por aprovechar el tirón del espectáculo de martirio de dos cabezas de cartel de tanto nivel.
Simon de Betsaida nació a finales del siglo I a. C. y murió en Roma el 67 d. C.
Era hijo de su madre y de Juan o Jonás.
Una familia de pescadores, era hermano de Andrés, Apostol también, que es el que le presentó a Jesús.
“Aquí mi hermano Simón, aquí el Mesías”.
Simón nada más verle dijo “Tú eres el Cristo, Hijo de Dios vivo”, iluminado por el Espíritu Santo.
Jesús le dijo aquello de: «Te llamarás Pedro y sobre ti edificaré mi iglesia, todo lo que tú hagas en la tierra quedará atado en el cielo».
Venía a darle, además de las llaves del Reino de los Cielos, portero, la representación absoluta del Jefe en su franquicia terrestre.
Suponemos que si hay otros mundos habitados habrá otros franquiciados que le representen igual.
También utilizó el nombre de Cefas, esto no es tan conocido, que la palabra proviene del arameo, la lengua corriente, helenizada.
Cefas significa roca, pero también podemos inferir que significa cabeza, cefalópodo, con lo cual no sabemos a ciencia cierta si quería referirse a cabeza de la Iglesia o una ironía sobre lo tozudo que era Pedro.
De San Pedro conocemos prácticamente todos los hechos porque están narrados en el Nuevo Testamento, Evangelios, Hechos de los Apóstoles, evangelios y hechos apócrifos, epístolas….
Cabe reseñar que aparte de tozudo, simple y contumaz era un poco marisabidillo y presuntuoso creyéndose la biblia en verso y quizás en ello tuviera un poco la culpa lo de ser el favorito y el consentido de Papá.
Por ejemplo cuando Jesús se pone andar por las aguas, Pedro dice que él también y estuvo a punto de ahogarse si no le salva el mismo Dios.
O las polémicas y controversias que tenía con San Pablo que pretendía ganarle en erudición y dogmas cuando no sabía hacer la O con un canuto.
Entre sus milagros destaca como escapa de la cárcel y las cadenas que le ataban gracias a la ayuda de un ángel anónimo, del que no se dice el nombre o era muy modesto, y se libra de morir esa vez.
Lo que se llama San Pedro Advíncula.
Consiguió llegar a Roma y permaneció allí por más de 25 años hasta que en tiempos de Nerón, año 67, murió crucificado. Bocabajo, pidió, por no ser tanto como Dios.
Entremedias todas las historias de gallos cantarines, la oreja que cortó en la histórica plaza del huerto de Getsemaní, primero en ver a Cristo resucitado, las llamas del Palomo Divino en Pentecostés, milagros, cuando escapa de Roma para, con razón, salvar el pellejo se encuentra con Cristo llevando una cruz hacia Roma y le pregunta eso de
QUO VADIS, DOMINE ?
“A ser crucificado de nuevo” contesta Dios y Pedro pilla la ironía-reproche y le dice la famosa frase: “Anda, trae pacá…”, quitándole la cruz y volviendo a Roma con ella.
Vio claro que aquello era la firma de su finiquito, finalización de contrato o jubilación.
Jubilación anticipada, podría haber seguido algo más, pero no era cuestión de discutir con el Jefe.
Con Dios, que se fue a los cielos con Dios.
Pedro estaba casado y tenía hijos, al menos una hija. Parece que su mujer le acompañó y sufrió también martirio.
“Si ya me lo decía mi madre: ¿a dónde vas con ese cantamañanas de pescachifle?”, fueron sus últimas palabras.
Saulo de Tarso, era de Tarso como su propio nombre indica y nació entre el 5-10 d. C. y murió en Roma el 67 d. C.
Era hijo de una familia judía farisea, rama más integrista y purista del judaísmo.
Su padre era comerciante en paños, no sólo paños, también sábanas, mantelerías, túnicas sagradas y de las normales…
Y tenían la vida resuelta.
Por otra parte era de vasta cultura helénica pues había estudiado casi todas las disciplinas, y bastantes asignaturas. Además era ciudadano romano por nacimiento, lo cual era un chollo en aquellos tiempos.
Como todo el mundo sabe a Saulo la hípica le cambió la vida, Superman tuvo peor suerte y quedó tetrapléjico.
Así que ya sabes. mucho cuidado que el caballo mata.
Saulo perseguía a los cristianos con una entrega full time.
Le enviaron a Damasco por cuestiones de servicio, perseguir cristianos, y por el camino una luz cegadora le tiró del caballo.
A partir de aquí podría haber diferentes interpretaciones de cómo pasó todo.
Para mí lo más normal es que se deslumbrara con el Sol, el caballo se asustara con alguna sierpe, se encabritó y Saúl dio con sus huesos en el suelo y la cabeza, entonces el casco no era obligatorio.
Y en su inconsciencia le pareció oír “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”, “¿pero qué te he hecho yo, vamos a ver?”.
Saulo quedó ciego.
Consiguió llegar a Damasco y en casa de Ananías, un cristiano, le pusieron unos colirios divinos y recuperó la vista.
“Veo veo…” dijo, a lo cual Ananías respondió “¿qué ves…?” y dejaron las adivinanzas y pasó a dedicarse en cuerpo y alma a predicar la palabra de Dios .
Yo creo que debió ser así, pero el resultado es el mismo: un apóstol de primera a pesar de no haber conocido a Jesús más que de oídas.
No paró, de acá para allá, todo el rato.
Fue a Jerusalén y conoció a San Pedro que al principio se mostraba remiso a verle porque su mala fama le precedía, pero Saulo era tan plasta que acabó por aceptar porque era un martirio tenerle detrás de todos los cercanos a Pedro rogando y rogando.
Se conocieron, departieron de cosas importantes de la Iglesia , “…pues yo le pondría un ribete rojo a la casulla…”, decía Saulo que en cuestiones de elegancia divina llevaba las de ganar en las disputas teológicas dado que provenía de una familia muy apañada.
Y Pedro se limitaba a asentir y servir de maniquí de los modelos que Saulo diseñaba.
De esta época es la colección básica de martirio hombre-mujer de los prelados de la iglesia.
Finalmente tuvieron que salir por piernas porque el Sanedrin quería acabar con ellos.
Ya no se volverían a encontrar hasta Roma.
Saulo se distingue especialmente, por su apostolado viajero.
Estaba todo el día in itinere, en el camino, que lo importante no es llegar sino cómo hacerlo. Descubrió que todos los caminos llevan a Roma, al menos el último porque allí acabó.
Realizó cuatro salidas apostólicas para evangelizar y visitar las diferentes comunidades de judíos cristianos que se habían creado por todo el Egeo y el mal menor.
En una de ellas tuvo un gran éxito porque convirtió al procónsul romano de Chipre y en agradecimiento se cambió el nombre al suyo: Paulus.
Cambiarse el nombre artístico tampoco fue la solución a sus fracasos evangélicos.
Recordad que Cristo y los suyos era poco más que una secta esénida judía y los judíos no son demasiado abiertos con los gentiles, por así decirlo no son muy gentiles y prefieren quedarse su Dios para ellos solos, sin compartir.
En las Home Party que organizaba, cada vez venían menos judíos que casi todos tenían copia de la Toráh y otros escritos y ganada ya la vida eterna así que empezaron a dejar entrar a griegos y otras gentes.
Y Pablo vio en ello su salvación porque por más viajes de promoción que hacía no llegaba nunca a cumplir objetivos y vuelta a coger carretera y manta.
Y le mantearon muchas veces, se salvó de morir no pocas, apedreado, molido a palos, detenido y apunto de azotar y crucificar.
Pablo lo cuenta bien en uno de sus epístolas: “cinco veces recibí 39 latigazos, tres veces azotado con varas, una vez apedreado, tres veces naufragué, vi el peligro de todas clases…”, segunda Carta a los Corintios.
Y en una asamblea de Éfeso les aclaró a los cristianos que “es mejor dar que recibir”, dejando abierta la máxima a la libre interpretación.
Por todo ello a Pablo se le considera el Apóstol de los Gentiles porque abrió la iglesia a todo el mundo no sólo para los judíos.
Pedro hacía como que estaba de acuerdo en eso de los gentiles pero Pablo andaba siempre mosca porque veía que no lo decía sinceramente cuando le daba por confundir gentiles con gentuza.
Por otra parte Pablo tenía siempre detrás como un enemigo interno al apóstol San Juan y cuando Pablo se iba de una comunidad cristiana llegaba Juan y desmontaba y desautorizaba todo lo que había dicho.
Una prueba más de que es la verdadera Iglesia y que el Dios Trino es el fetén: si han salido adelante a pesar de ellos mismos es que Dios está detrás de todo.
En su última salida utilizó el comodín de Romano para evitar que le azotaron y como el cónsul de Cesárea le propuso entregarle para ser crucificado, exigió ser juzgado por el mismo César.
Y lo mandaron a Roma.
Aunque la travesía no fue el típico crucero de lujo por el Mediterráneo consiguió viajar por la gorra.
Pasó en Roma varios años y se dice que llegó hasta España, a Tarraco, le habían hablado maravillas del clima, las playas y el tapeo.
No estuvo demasiado tiempo, se sintió engañado por la agencia, estaba todo petado de personal.
En Roma volvió a encontrarse con Pedro y se lo pasaron divinamente contándose anécdotas muy sabrosas y viendo a ver cuál había ganado en las diferentes categorías: resucitados, ciegos, tullidos, leprosos, conversos, bautizados y donaciones. Que no sólo con la palabra de Dios sacas adelante un tinglado así, aunque esté empezando.
En el mismo año que Pedro, 67, sufrió el martirio aunque unos días después.
Pablo murió decapitado, deferencia por la ciudadanía.
Milagros: incontables, así que no los voy a volver a contar.
Patrones: de los serenos, de los empleados de fincas urbanas, de los pescadores de bajura y Piscifactorías, de los canteros y cimientos, en cuanto a Pedro.
De los Tour operadores, de los cruceristas que cogen el paquete entero de excursiones, de los jockeys y del Pony Express, en cuanto a Pablo.