San Alberto Magno (15-11-2020)


san Alberto Magno
San Alberto Magno

Este Santo se lo dedico a todos mis antiguos compañeros del Colegio San Alberto Magno, en el que intentaron desasnarme, con dudoso éxito. Sobre todo a los que ya están a la diestra o a la siniestra de Dios Padre, para que intercedan por los que todavía aguantamos.

Albrecht von Bollstädt, le llamaré Alberto por los que no domináis el alemán, nació en 1206, en Lauingen, Baviera. Aunque otros autores hablan de que nació en 1193.

Sorprende esta indecisión de fechas teniendo en cuenta que, parece ser que su padre era Conde o Gobernador de la región. 

Mirad, no me pidáis milagros, porque puede que si me dedico unos días más podría encontrar quién gobernaba Suavia en aquellos años, pero total para qué, si no aporta nada fundamental y nadie se va a acordar de ello. Yo, pecador, me confieso a Vos, que olvido casi completamente todo lo que he leído para escribir estos santos.

Berto fue enviado por sus padres a estudiar Leyes a Colonia y después pasa por Venecia y finalmente a Padua.

Toma los hábitos de la Orden de Predicadores, Dominicos, y al enterarse su padre se coge tal globo que está dispuesto a recorrérselo para sacarle de las orejas.

El Superior de la Orden le saca de tapadillo y le lleva a otro convento para salvarle del amor paterno.

Berto contaba que era vago y no le gustaba estudiar y que se iba a escapar del cole por una escala pegada al muro. En lo alto se encontró a la Virgen María, en vez de unos celadores, que sería lo normal, y le dijo: “¿Por qué no me rezas a Mí, que soy Causa de la Sabiduría? Si me tienes fe y confianza Yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que fui Yo quien te la concedió, cuando te vayas a morir olvidarás todo lo que sabías”.

Oye, dicho y hecho. 

Volvió padentro, se puso a estudiar como un poseso y todo se le quedaba y sacaba dieces cum laude en todo, salvo gimnasia.

Alberto era un prodigio de conocimientos: lógica, botánica, geografía, astronomía, astrología, mineralogía, alquimia, zoología, fisiología, frenología, justicia, derecho, música, amistad y amor.

Lo de amistad y amor no deja de ser llamativo, pero Alberto tocaba todos los palillos, era un sabio-suavio-sabio, completo. El hombre con los mayores y más completos conocimientos de su tiempo. Una enciclopedia con patas, porque como predicador que era, vivía en la pobreza y siempre de allá para acá.

Enseguida se ganó el título de Doctor Universalis y tuvo como alumno a Tomás de Aquino, que siguió sus enseñanzas y al que siempre le daba la mejor nota en clase y que se ganó el título de Doctor Angélico.

Se dice que, sus investigaciones eran empíricas, investigaba, observaba, se hacía eco de experiencias de expertos, descubrió el arsénico. Pero que sólo lo usaba para nobles fines ,que era un santo, por compasión.

También demostró claramente que la tierra era redonda. Le faltó poco para hablar sobre el heliocentrismo, menos mal que no se metió en temas candentes.

Lo más señalado de Alberto era el estudio y adaptación a las teorías de la Iglesia de Aristóteles. Gracias a los estudios y traducciones y transcripciones árabes, Averroes, Avicena…, podemos conocer a fondo el pensamiento de Aristóteles, corregido y ampliado. Separando la ciencia y la razón de la teología. Algo verdaderamente novedoso para la época, que nadie se salía, por así decirlo, de los principios de San Agustín, que estaban muy bien, pero muy místicos y teológicos.

Alberto publicó unos 38 volúmenes de lo más variado. Sólo 2 de ellos se refieren a aspectos teológicos, sobre todo para apoyar a su discípulo Santo Tomás de Aquino y su Summa Theologiae.

Es curioso que en la actualidad se ha reestudiado a Alberto por la importancia que da al silencio en la música. Suena súper cool

Era un hombre que las pillaba al vuelo y siempre tenía una respuesta que acallaba al interlocutor, amén de poseer un gran sentido del humor. Algo, el humor que no adorna a todos los santos, pero sí a todos los sabios, o no es sabio.

Su vida fue investigar, escribir y enseñar. Lo demás no era su fuerte.

Había en Ratisbona un mal ambiente que pa qué, por así decirlo, anarquía y libertinaje, quizás no tanto, pero el Papa Urbano IV le nombró Obispo de la ciudad y le mandó para allá a recomponer los platos rotos. Ni platos, ni vajillas, no recompuso nada y se descompuso el pobre Berto y pidió la baja, por Dios, por Dios, sácame de aquí y le dejaron volver al convento de Wurzburgo y a enseñar en Colonia.

Como investigaba sobre todo se le achacó que trabajaba sobre la piedra filosofal, pero no consta que así fuera, aunque escribió que había visto la creación de oro por transmutación. Para mí que debió ser algún truco de feriante engañabobos.

Un día estaba predicando, con nutrida audiencia y se quedó en blanco, había olvidado todo y no supo qué decir, ni improvisar unos chistes o cánticos, tuvo que dejar el sitio a un suplente.

Se confirmó la predicción de la Virgen de que estaba a punto de morir, aunque la predicción de la Virgen no era muy fina, tardó todavía 2 años en morir plácidamente mientras rezaba en Colonia, el 15 de noviembre de 1280.

Como curiosidad San Alberto sólo era Beato, y como no se siguieron en su momento los trámites para la canonización todo quedó parado.

En 1931 el Papa Pio XI le nombró Doctor de la Iglesia, y como quiera que nadie podía ser Doctor sin ser Santo, pues le colgaron la aureola.

Está enterrado en la cripta de la Iglesia de San Andrés, en Colonia.

No se tiene noticia del despiece de reliquias.

Milagros no se le conocen, ni sanaciones, ni nada.

Ahora que escribir y saber todo lo que sabía para mí es milagroso.

Patrón: De las Ciencias en general y de los estudiantes de ciencias, químicas, físicas y exactas, filósofos, estudiantes, técnicos sanitarios y de la ciudad de Cincinnati (Ohio).